A Paula...

Domingo, 2 de agosto
Querida Paula:

Escribo esta carta sin tener más intenciones que el que la leas, sin esperar respuesta alguna. Hoy sin querer me he puesto a pensar en ti, y en ese cine escondido donde nos besamos por primera vez. También vinieron a mi mente los recorridos por el centro con nuestras manos entrelazadas y los paseos por la lluvia. Las cenas a deshoras y el calor de tu cuerpo junto al mío.
Al día de hoy el cine está completamente desolado, por el centro no llueve más y como bien sabemos nuestras manos ya no están enlazadas como aquella vez.
Esto de encontrarnos de impreviso cuando no lo espero sinceramente no me ayuda, ni me mejora, ni siquiera me molesta... sólo me entristece en lo más profundo de mí. Escuché que te perdiste, que aquella Paula, mi bella Paula no existe más, que dejaste paso a las drogas y a las malas compañías, que me odias por sobre todas las cosas, y que no me deseas ningún bien.
Debo reconocer que al principio reaccioné dolido, y después molesto, pero ahora te puedo decir que me lastima enterarme de ti a cuentagotas, de tus deslices, de tus odios y tu falta de paz.
Sé que no me corresponde esta vez decírtelo a la cara, y sólo espero que puedas perdonarme alguna vez el haberte amado tanto sin darme cuenta que no estabas lista para ello. Ni yo... y solamente tengo una cosa más que agregar... ¿guardas con cariño aquello que te recuerda a mí como yo hago con lo que me recuerda a ti?.
Por favor no consideres esto un futil intento de respuesta, o comunicación, porque la última vez me ha quedado claro que amigos no podemos ni podremos ser jamás.
Te deseo una buena vida, unos buenos sueños y buena suerte. Hasta nunca.

Atte. Horacio

P.D Te extrañará notar que hay un pequeño bulto con algunas fotos. Es mi manera simbólica de devolvértelas, y darnos la oportunidad de romper los pocos lazos que continuaban sin caer.

0 comments:

Publicar un comentario

Seguidores / Followers