Esquizofrenia

Hoy utilizaste esa palabra en su forma de adjetivo durante una de nuestras muchas conversaciones a lo largo del día.
-Creo que todos somos esquizofrénicos.-

Fue una frase cortante, dolorosa y llena de verdad. Después de escuchar tu punto no pude más que estar de acuerdo, a pesar de que simplemente por pronunciarla rozaste una herida cicatrizando y vuelta a abrir tras aquel incidente con la puerta. Notuviste compasión de mí y me enfrentaste con ese monstruo de mentiritas.

Supongo que fue para estar en la misma sintonía que definiste, por no decir buscaste en el Google, los alcances que la palabra conlleva según la aclamada academia y los psicólogos que la usan con los locos.

σχίζειν por división, y φρήν por mente. Literal. No tanto sería una escisión en la percepción de la realidad, a veces propia, a veces compartida, a veces ajena. Recordando por un instante, esa película del brillante matemático incapaz de controlar a ese trío de personajes implacables fue lo primero que vino en retroceso.

¿Y quién no ha podido escuchar esa voz (a veces varias) muy dentro de la cognición, superando todas nuestras barreras, conociéndonos mejor que cualquiera? En mi caso, se ha presentado como alguien que me reprende cuando hago algo que está "mal", cuando sin querer sé de qué tratará alguna situación, cuando necesito actuar de manera rápida, y cuando se me ocurre una gran idea. Nunca lo había interiorizado hasta ese momento.

Sí, tenías razón porque es verdad. Por lo menos describí a 4 "yo's" que pugnan por imponer su punto de vista. Y me hiciste preguntarme, "¿quiénes son esas voces?" a lo que respondí tajantemente: "pues yo". Punto a mi favor.

E inmediatamente con la siguiente: "si tú eres esas voces, ¿entonces quién las oye?". Punto a tu favor.

De repente recordé otra de esas voces, porque estaba hablando en ese momento. Bueno, está bien, no hablaba, ¡gritaba!. Gritaba con ímpetu, con esfuerzo, con ganas de ser reconocida. La voz del niño egocéntrico y mimado, con ganas de hacer lo primero que se le ocurre.

¡Demonios, un quinto locutor! Pero yo (no estoy seguro si todos los que en ese momento sentía que me conformaban) permanecía en el choque de la segunda pregunta. No pude contestarte como la primera vez, ésta estuvo colmada de un tono de duda y consternación: "yo" (pudiendo sustituirla por "¿yo" pero no recuerdo muy bien si se le pareció más a una o a la otra)

Haciendo gala de su presencia, una sexta voz mía (¿esta vez yo?) se impuso al resto de sonidos delirantes; callándolos a todos de una vez te respondió con seguridad: "ese soy yo, el que oye. El que habla no siempre soy yo. Yo soy el que te aconseja positivamente, el que te critica para mejorar y quien te apoya sin importar qué. Tampoco miento, porque no hay forma más poderosa de hablar que hablar con la verdad".

Los presentes dieron la vuelta cabizbajos, murmurando para sí palabrotas. Y entonces quise contestarte que estaba de acuerdo, pero ya no fue necesario. Asentiste, y din darme cuenta asentí contigo.

Supongo que recordarás, al igual que yo, que fue papá quien llamó nuestra atención para preguntar que cómo habíamos dormido. - Mal - contestamos, casi ausentes. Y después de escuchar pacientemente lo que tenía que decir sobre domar al caballo (comer de una vez por todas, sin ascos, simplemente porque habíamos tenido hambre desde hacía horas y no nos habíamos preocupado por comer) pasó fugaz.

Una diminuta sinapsis conectándose por vez primera, estirando los axones como brazos después de despertar: Nosotros éramos uno solo. Yo mismo había relacionado el trastorno psicológico con el comportamiento de la mayoría de los humanos.

¿Hay alguna otra forma de aprender? No es sino hablando contigo, quiero decir, con uno mismo, que las voces trabajan por un fin común. Permanecer esquizofrénico para no volvernos locos, con el poder absoluto sobre nosotros mismos de silenciar a los torturadores... y aprender... y aprender...

Todos somos esquizofrénicos, sin duda alguna.

0 comments:

Publicar un comentario

Seguidores / Followers