E ricorda...


Esa noche todo pasó demasiado rápido... y ni siquiera pudo recordarlo con detalles. Tenía pequeños fragmentos que flotaban en el mar de ideas que era su cabeza, su mundo comenzaba a dar vueltas y vueltas, como algún animal salvaje acechando a su presa, a la espera, paciente y fuera de la vista aparente. Uno de esos fragmentos naufragantes era la impresión de haber sido golpeado brutalmente, ¿con un bate?, no, el cuerpo no le dolía... el golpe había sido directamente a su mundo y las cosas que atesoraba hasta ese momento, su rostro al despertar tan despeinado y sin arreglar... ¿o había sido un choque frontal al ir conduciendo? tal vez era eso y resultaba ser que no le dolía porque había muerto en el proceso.
Y ahí, frente al portón de su pequeña casa suburbana, con las gotas de lluvia confundiéndose con el ritmo de sus lágrimas al caer reparó en el hecho que estaba tiritando de pies a cabeza, el frío le hizo darse cuenta que no estaba muerto, ni herido sólo helándose ahí, así que se decidió a entrar y dormir para recordarlo todo u olvidarlo de una buena vez, sin esas medias tintas que tanto hieren. Entró lo más sigilosamente que pudo, sin encender las luces para no molestar a los demás habitantes pero la ropa empapada y los zapatos mojados lo hacían prácticamente imposible, dejando un rastro de agua por donde pasaba y una estela de ruido... en la protección que ofrecía la oscuridad y bajo el cobijo de sus sábanas dejó que los eventos que se arremollinaban por ser recordados aparecieran de uno a uno. El cielo adivinando su pensar, arremetió con más fuerza contra el techo de la casa para silenciar los sollozos y el dolor. Y fue bajo esa sinfonía indulgente que perdió el conocimiento...

1 comments:

Man Reyes | 16 de junio de 2009, 22:52

Sí!! Exacto!

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